La transición energética es un proceso global que involucra la integración de fuentes de energía renovable, tecnologías de almacenamiento energético y redes eléctricas inteligentes. Los profesionales del sector eléctrico están comprometidos con esta transición y buscan soluciones cada vez más eficientes e integradas para dar un impulso definitivo a esta transformación.
Generación y almacenamiento energético
La integración de sistemas de almacenamiento de energía en sistemas de generación renovables y redes eléctricas inteligentes es uno de los aspectos más interesantes del momento actual.
En el caso de los sistemas de generación renovables, el almacenamiento de energía permite mitigar los efectos de la intermitencia de la energía solar y eólica y, por lo tanto, mejorar la estabilidad y seguridad del suministro de energía eléctrica.
Entre los distintos sistemas de almacenamiento energético, las baterías son una de las tecnologías más utilizadas debido a su flexibilidad y capacidad de adaptación a diferentes aplicaciones y entornos.
Las baterías trabajan con corriente continua y son una tecnología de almacenamiento basada en la electrónica de potencia. No obstante, tienen un ciclo de vida determinado, a lo que se suma un deterioro por su uso, por lo que el desarrollo de sistemas de almacenamiento robustos y eficientes es una de las condiciones necesarias para favorecer la máxima productividad de los equipos y, consecuentemente, también la rentabilidad de la inversión.
Los sistemas de almacenamiento energético basados en baterias de ion-litio son actualmente una de las tecnologías más utilizadas en la industria eléctrica para el almacenamiento de energía renovable. Y esto es así porque tienen mayor densidad de energía y requieren una inversión menor. Además, se están desarrollando nuevas tecnologías de almacenamiento en baterías que presentan importantes mejoras en cuanto a su capacidad de almacenamiento, su vida útil y su seguridad. Más adelante abordaremos un artículo sobre este tema.
En todos los casos, la mejora de la tecnología de las baterías es una constante en la industria energética, ya que la mejora de la capacidad, durabilidad y eficiencia energética de las baterías permitirá la adopción de soluciones de almacenamiento a gran escala y contribuirá a una mayor penetración de las energías renovables en la red eléctrica.
En definitiva, tal y como señalan las asociaciones especialistas del sector, no podemos gestionar un sistema eléctrico con 80 GW de generación renovable sin poner en grave riesgo la estabilidad de la red eléctrica y la garantía y calidad del suministro. De ahí la importancia de contar también con almacenamiento en los sistemas de transmisión y distribución de energía.
Transmisión, distribución eléctrica y almacenamiento energético
El almacenamiento de energía eléctrica también necesita integrarse en sistemas de transmisión y distribución eléctrica avanzados, permitiendo una gestión más eficiente de la red eléctrica.
En este sentido, los sistemas de almacenamiento de energía se utilizan para:
- Mejorar la calidad del suministro eléctrico
- Reducir las pérdidas de energía en la red
- Garantizar la estabilidad de la misma.
Almacenamiento energético y redes inteligentes (smart grids)
Las tecnologías de almacenamiento se combinan con el desarrollo de redes eléctricas inteligentes (smart grids), que permiten una gestión más eficiente y sostenible de la energía eléctrica.
Los sistemas de almacenamiento, junto con tecnologías como los sistemas de monitorización y control remoto, los sistemas de gestión de demanda y los sistemas de predicción de la generación de energía renovable, permiten una gestión más inteligente y flexible de la red eléctrica, mejorando su eficiencia energética y reduciendo su impacto medioambiental.
Además del almacenamiento de energía eléctrica, la integración de cargadores-rectificadores de red de última generación en infraestructuras eléctricas convencionales permite avanzar hacia redes eléctricas inteligentes y distribuidas. Estos dispositivos hacen posible la carga y descarga de energía en la red eléctrica de manera controlada y eficiente.
La combinación de estos cargadores-rectificadores con sistemas de almacenamiento y generación renovable permite una gestión más eficiente de la energía, así como una mayor independencia de las redes eléctricas convencionales. Además, esta integración permite reducir las emisiones de CO2 y mejorar la eficiencia energética.
Desafíos y oportunidades para el almacenamiento de energía eléctrica
El almacenamiento de energía eléctrica presenta tanto desafíos como oportunidades a la industria eléctrica. Entre los desafíos, destacamos tres.
1). La falta de regulación específicas y de normativas claras y sencillas que incentiven su uso. Sin duda, la regulación es una de las grandes barreras para incluir la flexibilidad del almacenamiento dentro del sistema.
Según la Asociación Española de Baterías y Almacenamiento Energético (Aepibal), se requiere una mayor velocidad en la regulación del almacenamiento, clarificando lo que puede hacer y no puede hacer una batería conectada a red; definiendo bien los procesos de tramitación administrativa, con especial énfasis en los medioambientales; y consolidando los modelos de ingresos que permitan hacer viables las importantes inversiones iniciales.
2). Los costes de las tecnologías de almacenamiento son elevados, aunque cada vez menos. No obstante, como señalábamos antes, en el sector los inversores en estas tecnologías consideran que hace falta un incentivo retributivo que permita el desarrollo del almacenamiento de corta, media y larga duración y haga intersante estas inversiones. En ZGR trabajamos con soluciones modulares, respondiendo con flexibilidad y propuestas personalizadas adecuadas a las singularidades de cada proyecto, velando por la máxima productividad energética y rentabilidad de la inversión.
3). La necesidad de seguir mejorando la eficiencia energética y la robustez de los equipos, algo que en ZGR constituye nuestro leivmotiv. Invertimos un 10% de nuestra facturación anual en I+D, con más de un 20% de nuestra plantilla dedicada de forma completa a la innovación y el desarrollo tecnológico.
En cuanto a oportunidades, también vemos otras tres:
1). La integración del almacenamiento en la generación de energía renovable. Como explicábamos al inicio de este artículo, a medida que continúe creciendo el peso e las renovables en el sistema, la necesidad de almacenamiento crecerá para dotar de estabilidad y robustez a la red.
2). La reducción de los costes de generación de energía.
3). La creación de nuevas oportunidades de negocio, en la medida en que avance la regulación y la necesidad de desarrollo de microrredes inteligentes, híbridas e interconectadas.
En todos los casos, el almacenamiento de energía eléctrica puede mejorar la calidad de la energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El almacenamiento de energía eléctrica mejora la calidad de la energía y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero
Según algunos expertos, es el gran momento del almacenamiento energético. Nosotros lo pensamos así también. Estamos viviendo el despegue del almacenamiento energético en los sectores industrial y residencial, vinculado al autoconsumo y la autosuficiencia energética. También empezamos a vislumbrar como una de las principales tendencias el almacenamiento de energía a gran escala. En este sentido, se están desarro. La tecnología está y se requiere un impulso en la regulación y los incentivos.
En un plazo no muy lejano vamos a contar con soluciones innovadoras en sistemas de almacenamiento de energía que permitan una mayor flexibilidad y gestión en el almacenamiento de energía eléctrica, allanando el camino hacia un futuro energético más eficiente y sostenible. En ZGR estamos trabajando en ello: Tu energía, nuestro reto.
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